El cuerpo humano es una máquina muy potente que en ocasiones se adapta a la perfección al entorno.
A veces le da por ponerte tapones naturales en los oídos a modo de cera acumulada, como ha hecho conmigo la última semana de octubre. Y, me pregunto si esta artimaña no tendrá algo que ver con que tenga que dejar de escuchar sandeces o conversaciones superfluas o incluso comentarios negativos.
Creo que sí, creo que el cuerpo en ocasiones nos ayuda de manera sutil a dejar de ver, oír o sentir.
Al ejemplo de que nuestros ojos presenten presbicia con la edad, para no vernos las arrugas de la vida, como bien apuntaba mi madre.
La naturaleza es sabía
Pensarás entonces que después de esta reflexión, debiendo hacer caso a la naturaleza de mi cuerpo, debería haberme dejado los tapones que ella tan sabiamente había puesto en mis oídos. Pues mi respuesta es "no". Ya que además de no poder oír sandeces, ni conversaciones superfluas ni comentarios inoportunos, tampoco podría con ellos escuchar el canto del pajarillo que duerme en nuestra ventana cada día, o las palabras de entusiasmo con las que mis hijas me cuentan sus aventuras, ni las conversaciones tan bonitas que tengo con Mr.J, ni las maravillas que dicen de mis creaciones en las asambleas del colegio (gracias N.), ni muchas otras cosas más.
Por este motivo…
El 31 de octubre me quitaron un tapón de cada oído. Después de sólo un día echándome las gotas para reblandecerlos, haciendo caso omiso a las indicaciones del médico de esperar 4 días, con impaciencia (común en mí) acudí a la consulta de la enfermera Mari Jose. Una mujer muy dulce que tiene una admirable valentía para hacer cualquier tipo de cura.
Mari Jose muy decidida prepara los utensilios para las extracciones que resultan ser rápidas, indoloras y un pelín desagradables. En la bandeja metálica aparecen los dos tapones naturales que durante 5 días han hecho eco en mis oídos y que me hacían escuchar las conversaciones como en un bote de conservas cerrado.
Hoy puedo decir que oigo alto y claro todo lo que el mundo tenga que decirme.
Gracias por estar ahí.
Haridian
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